Echando la vista atrás... ¿nadie se pregunta qué ha pasado con grandes y antiguos portales como Ole.es, Wanadoo.com, Eresmas.com, Ozu.es y muchos de este tipo? Que tuvieron un gran auge pero también fueron la crónica de una muerte anunciada.



¿Dónde estuvo el nacimiento? Internet comenzó a popularizarse allá por mediados de los años 90. En el año 96 la red de redes contaba con 240 millones de usuarios en todo el mundo (haced cálculos y pensad que, a día de hoy, sólo Facebook tiene el doble). La cosa es que, por aquel entonces, el acceso a Internet lo proporcionaban numerosas empresas o "servidores", prestadoras de un servicio de telecomunicación. Estas empresas, para no obtener ingresos únicamente de la conexión, también crearon una serie de páginas webs a donde podía acceder el usuario directamente y se le ofrecía toda clase de información: deportiva, noticias, cotilleos, vídeos de actualidad... lo que vino siendo los portales de toda la vida. Wanadoo era de Jazztel, Eresmas pertenecía a Retevisión, Ozú y Olé fueron compradas por Telefónica e integradas en Terra... Ellos conseguían financiación mediante publicidad y ofrecían contenidos a los usuarios. Venía a ser como los antiguos medios tradicionales: los usuarios recibíamos la información, el medio se beneficiaba y todos contentos, pero había poca retroalimentación

¿Qué paso a partir del año 2000? La tecnología creía imparable, a un ritmo de oferta más rápido que su demanda. Pero hubo dos sucesos que tocaron de muerte a este tipo de empresas: por una parte las empresas telefónicas comenzaron integrar en su oferta la conexión a Internet, con velocidades más rápidas como el ADSL, algo que hirió definitivamente a estas prestadoras: ¿para qué iba a pagarle yo a Wanadoo una conexión si Telefónica me la daba gratis? Empezaron a desaparecer como moscas.

Pero por la otra parte hubo un hecho histórico que dio el puntillazo final: Si a las mayores velocidades de conexión le sumamos el crecimiento del consumo de electrónica doméstica (cámaras de fotos y de vídeos asequibles) y al desarrollo de herramientas web capaces de que cualquier persona pudiese (independientemente de sus conocimientos tecnológicos) subir contenidos de una forma gratuita... Podéis ir imaginando lo que pasó: que nació la Web 2.0

Se le dio la vuelta a la tortilla: ya no eran las grandes empresas quienes producían los contenidos, ahora éramos los usuarios quienes lo hacíamos. Y eso nos gustaba, la nueva situación de la red nos dio el poder que hasta entonces no tuvimos nunca, tener la oportunidad de expresarnos ampliamente y producir y compartir nuestros contenidos. Que nuestros vecinos, familiares y amigos las pudiesen ver fácilmente y que, encima, nos las comentasen. Toma ya.

Y no se podía competir contra lo gratuito, ¿por qué seguir pagando a una empresa por la información que un usuario como yo me lo da gratis? Los usuarios no solo subían fotos y vídeos, sino que muchos, independientes, se dedicaron. Además que este desarrollo tecnológico permitió a empresas pequeñas (véase el crecimiento de Weblogs S.L., por poner un claro ejemplo actual) poder tener su nicho de mercado en la red. De ahí que pocas empresas hayan aguantado el tirón, pocas resisten como Terra aquí en España (que Telefónica no la suelta ni queriendo, dudo que siga teniendo ingresos) y Yahoo! en Estados Unidos (más integrado como buscador y prestador de otros servicios que como portal en sí).

La historia de Internet siempre podrá resumirse siempre como renovarse o morir. No se puede pretender seguir manteniendo el mismo modelo de negocio mientras que la tecnología, los mercados y los usuarios cambiamos. Como dirían los compadres: Hay que amoldarse a la nueva idiosincrasia, tío, que la vida es como un tren tío, tú estás en la estación, y pasa er tren... y está ahí... y cohe er tren... o no lo cohe!!! Ahora, eso es así, eso es así.